Una nueva iniciativa busca humanizar las estancias hospitalarias en Euskadi permitiendo que pacientes con internaciones prolongadas o en cuidados paliativos puedan reencontrarse con sus mascotas.
Desde esta semana, los hospitales públicos de Txagorritxu y Santiago, en Vitoria, han comenzado una experiencia piloto impulsada por Osakidetza, el Sistema Vasco de Salud, que permitirá a los pacientes recibir la visita de sus perros, bajo un protocolo sanitario definido y con todas las medidas de higiene necesarias.
La propuesta forma parte del programa MASK-Hospital, una de las casi 400 medidas para humanizar la atención hospitalaria en Euskadi. “El objetivo es hacer más llevadera la estancia en un entorno que puede ser hostil, como una habitación de hospital”, explicó Juanjo Jaras, responsable de la Unidad de Calidad y secretario de la Comisión de Humanización de Osakidetza en Álava a EFE.
¿Cómo funciona el protocolo?
Para recibir a su mascota, el paciente deberá solicitarlo al equipo médico. El perro deberá contar con un certificado veterinario, tener el esquema de vacunación completo y pasar por una preparación higiénica previa. Las visitas podrán realizarse en exteriores, vestíbulos e incluso en la habitación del paciente si este no puede movilizarse, siempre que cuente con el consentimiento de su compañero/a de cuarto.
Por el momento, solo se permite el ingreso de perros debido a consideraciones veterinarias y de seguridad. Los gatos, por ejemplo, fueron descartados por su comportamiento más impredecible y el riesgo de escape.
Una conexión emocional que mejora la salud
Tanto médicos como investigadores coinciden en que el contacto con animales tiene efectos positivos en la salud física y emocional de las personas. Según explicó la doctora Irene Azagra, está científicamente comprobado que la interacción con mascotas reduce el estrés, la ansiedad, el dolor y la presión arterial, y además aumenta la oxitocina, serotonina y otras hormonas relacionadas con el bienestar.
“Las mascotas también extrañan a sus tutores durante los ingresos hospitalarios. Este contacto es beneficioso para ambos”, afirmó Azagra.
Uno de los momentos más emotivos del programa se vivió cuando Blanca Nieves, una paciente internada en la planta digestiva del hospital de Txagorritxu, recibió la visita de Vera, una perrita que llegó acompañada de un voluntario. La imagen de la perra sobre la cama desató sonrisas y emoción en toda la sala.
Un paso hacia una sanidad más humana
Esta iniciativa, que ya se implementa en otras comunidades autónomas, pretende extenderse al resto de los hospitales públicos del País Vasco en los próximos meses. Forma parte de un enfoque integral de Osakidetza para lograr centros más amables, silenciosos y empáticos. Otras medidas en curso incluyen conciertos en las salas de espera y la identificación visible del personal sanitario para facilitar la interacción con los pacientes.
Este nuevo protocolo busca reconocer la importancia del vínculo humano-animal en los momentos más difíciles, ofreciendo una alternativa emocionalmente significativa para quienes transitan una enfermedad o el final de la vida.
Con información de Agencia EFE