Salud y bienestar

Conceptos actuales en fisiopatología y manejo de la dermatitis atópica canina

La dermatitis atópica canina (DAC) es una de las enfermedades inflamatorias crónicas más frecuentes en la práctica clínica veterinaria. Su origen multifactorial involucra factores genéticos, inmunológicos y ambientales, que desencadenan una respuesta inflamatoria mediada por hipersensibilidad tipo I.

El Dr. Pablo Manzuc, médico veterinario argentino egresado de la Universidad Nacional de La Plata y especialista en dermatología, presentó una actualización centrada en la fisiopatología y manejo racional de la dermatitis atópica, con énfasis en el uso adecuado de glucocorticoides.

Diagnóstico clínico de la dermatitis atópica

Según el Dr. Manzuc, el diagnóstico de dermatitis atópica no requiere herramientas complejas, ya que puede realizarse en el consultorio mediante una evaluación clínica sistemática basada en tres pilares fundamentales:

  1. Signos clínicos característicos
  2. Criterios diagnósticos establecidos (Favrot, 2010)
  3. Exclusión de enfermedades con signos similares (como ectoparasitosis, piodermas o alergia alimentaria)

Este enfoque permite un diagnóstico presuntivo sólido que guíe la elección terapéutica y la comunicación efectiva con el tutor del paciente.

Fenotipos clínicos: diferenciación entre etapas agudas y crónicas

El reconocimiento de los fenotipos clínicos resulta esencial para orientar el tratamiento:

  • Fenotipo agudo: caracterizado por eritema y prurito intenso, con piel enrojecida y sensible, sin evidencia de engrosamiento.
  • Fenotipo crónico: presenta hiperpigmentación, liquenificación, hiperqueratosis y un prurito persistente, reflejando inflamación de larga evolución.

Esta clasificación práctica permite ajustar el manejo terapéutico según el estadio de la enfermedad y mejorar la respuesta clínica.

Uso racional de glucocorticoides en la dermatitis atópica

El Dr. Manzuc subraya que los glucocorticoides continúan siendo fármacos esenciales en el control inicial de la dermatitis atópica, siempre que su uso sea estratégico, limitado en el tiempo y bajo monitoreo clínico.

Su rol principal es “desactivar la enfermedad alérgica” y controlar la inflamación en la fase aguda. Una vez que los signos clínicos desaparecen, se recomienda transicionar a terapias no corticoides (como oclacitinib, ciclosporina o inmunoterapia específica) para el mantenimiento a largo plazo.

Efectos adversos y consideraciones fisiológicas

El uso prolongado o no controlado de glucocorticoides puede inducir una serie de efectos adversos dosis-dependientes, entre los que destacan:

  • Poliuria y polidipsia (PU/PD)
  • Hepatopatías esteroideas
  • Diabetes mellitus
  • Demodicosis
  • Inmunosupresión sistémica

Además, se observa el riesgo de atrofia suprarrenal, una complicación pobremente dosis-dependiente pero menos variable entre individuos, que exige prudencia al planificar esquemas de retiro gradual.

Comparativa farmacológica de los glucocorticoides más utilizados

GlucocorticoideTiempo de supresiónIntervalo de repetición sugerido
Prednisona / Prednisolona24 hCada 48 h
Metilprednisolona24–36 hCada 3 días
Triamcinolona24–36 hCada 3 días
Dexametasona48–72 hCada 6 días
Sal acetónido (inyectable)28 díasCada 2 meses

El especialista recomienda su aplicación mediante terapia pulsátil, un enfoque que permite controlar brotes tempranos sin inducir dependencia farmacológica, manteniendo la funcionalidad del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal.

Manejo integral del paciente atópico

El abordaje terapéutico moderno debe contemplar tres niveles de intervención:

  1. Control de la inflamación (glucocorticoides, AINEs selectivos, inhibidores de JAK o ciclosporina).
  2. Reducción de la exposición a alérgenos (manejo ambiental y dietético).
  3. Restauración de la barrera cutánea mediante emolientes, ácidos grasos esenciales y champús dermatológicos específicos.

Además, el tratamiento debe acompañarse de educación al tutor, seguimiento clínico periódico y ajuste farmacológico progresivo para prevenir recaídas.

Reflexiones finales del Dr. Pablo Manzuc

“La dermatología veterinaria es un área de la medicina maravillosa. Trabajar con pasión y conocimiento técnico es clave para aliviar el sufrimiento animal y avanzar en la profesión”, expresó el Dr. Manzuc al cierre de su presentación.

El especialista enfatiza que la comprensión de la fisiopatología y el uso racional de los corticoides son pilares fundamentales para optimizar los resultados clínicos y preservar la calidad de vida de los pacientes atópicos.

La dermatitis atópica canina representa un desafío clínico recurrente que requiere un manejo terapéutico equilibrado entre eficacia y seguridad.
El entendimiento de los procesos inflamatorios, la diferenciación fenotípica y el uso responsable de glucocorticoides permite al médico veterinario actuar con precisión, minimizar efectos adversos y mejorar el bienestar cutáneo y general del paciente.

Carmen Liceth Lola Vargas

Carmen Liceth Lola Vargas

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