Adry Vargas es cantante, actriz y conductora de televisión boliviana. En redes sociales suma alrededor de 70 mil seguidores, pero su público más fiel lo tiene en casa: su hija Valentina y su perrita Skippy. La historia de Skippy es la de un rescate inesperado en medio de un momento difícil en la vida de Adry. Sin embargo, lo que comenzó como una situación caótica terminó convirtiéndose en una conexión inquebrantable. En esta entrevista, Adry nos cuenta cómo Skippy llegó a su familia para cambiarles la vida.
¿Cuál fue tu primer acercamiento con Skippy?
Durante la pandemia, vivíamos en el campo en México y acababa de tomar la decisión de terminar una relación. Justo en medio de la mudanza de regreso a la ciudad, la vi en la carretera, casi la atropello con mi auto y el camión de mudanza también estuvo a punto de hacerlo. En ese momento supe que tenía que hacer algo.
La recogimos y nos dijeron que había una alta probabilidad de que no sobreviviera porque estaba infestada de garrapatas. Apenas tenía entre tres y cinco meses. Nos dijeron que sería “medianita”, pero claramente el concepto de “mediano” en México no es el mismo que aquí. (risas)
¿Y cómo surgió su nombre?
Eso es culpa de la señorita Valentina. (risas) Cuando la rescatamos, no teníamos planes de quedárnosla porque nuestra situación era un caos: volviendo a la ciudad, sin departamento y con un viaje a Bolivia en una semana.
Mientras la llevábamos al veterinario, jugábamos a ponerle nombre y yo había propuesto “Achís”, porque me parecía divertido. Pero cuando mi tía la llevó al veterinario, Valentina no recordaba el nombre y de la nada le puso Skippy. Dice que fue por un personaje de una película de Barbie.
¿Cuál es el mejor recuerdo que tenés con Skippy?
El día que viajamos a Bolivia. Les compré unas pecheras iguales a Skippy y a mi gata, y tengo una foto de las dos con sus pecheras. Fue toda una aventura, pero Skippy se portó excelente durante el vuelo. Es un recuerdo muy especial. Ella vino en un momento donde emocionalmente necesitábamos esa contención, entonces se volvió un amor bonito.
¿Cómo describirías la relación entre ustedes?
Somos muy cercanas. Dicen que el segundo hijo es el más rebelde y Skippy no es la excepción. Se ha comido todos los muebles y tiene mucho temperamento. Pero aprendo de ella cada día. Con Valentina también tienen una relación hermosa.
Viajas mucho por tu carrera, ¿cómo manejas el tiempo con Skippy y tu gata?
Antes viajaba con mi gata, pero con Skippy es más difícil porque no quiero que viaje en la bodega del avión. Entonces, cuando no puedo llevarla, busco alguien que la cuide o la dejo en hoteles para perros donde la tratan muy bien. Como al principio era muy traviesa, tuvimos que trabajar con un adiestrador y eso la ayudó bastante.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiera adoptar por primera vez?
Que lo haga sin dudar. Los perros adoptados son los más agradecidos, incluso los que ya son adultos. Hay gente que prefiere cachorros para “moldearlos”, pero yo he visto que los perritos adoptados grandes son hasta más educados. Se vuelven parte de la familia, te cuidan y dan un amor incondicional.
Para los padres que estén leyendo esto, les digo que tener una mascota en la vida de un niño hace una diferencia inmensa. Aprenden sobre responsabilidad y sobre un amor que solo las mascotas pueden dar.
Cuando Skippy llegó a tu vida, ¿crees que te la cambió?
Definitivamente. Nos cambió toda la dinámica familiar. Es traviesa, pero su amor es muy puro y sincero. Es una gran guardiana de nuestros corazones.
¿En qué crees que se parecen?
Somos loquitas. (risas) Con Valentina siempre estamos jugando, inventamos historias y Skippy también es muy juguetona. Nos hemos acomodado muy bien como familia y compartimos esa energía alta y divertida.
Si tuvieras que describir a Skippy en una palabra, ¿cuál sería?
Intensa. Pero creo que eso es bueno. Hay que vivir la vida con intensidad y no vivir a medias, hay que amar con intensidad y trabajar con pasión. Skippy hace todo con intensidad: juega, ama y hasta ladra con todas sus fuerzas. Es intensa, pero es lo máximo.
