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Andrea Iturre nos da una lección de amor y esperanza tras la desaparición de Tito

La dueña de Tito, el gatito que conmovió a Bolivia, comparte su experiencia de vida después de su pérdida y cómo encontró un nuevo propósito ayudando a otros animales necesitados

Quizás todos recordemos la historia de Tito, el gatito que fue extraviado en un vuelo de la aerolínea BOA, un hecho que movilizó a todo un país en su búsqueda, aunque lamentablemente sin éxito. Ahora, tras casi nueve meses desde su desaparición, su dueña, Andrea Iturre, ha conversado con la revista Mascotas para relatarnos cómo ha sido su vida sin Tito, pero con nuevos ángeles que le han cambiado la vida. Su experiencia la ha llevado a vivir con empatía hacia otras personas que han pasado por situaciones similares y a enfocarse en ayudar a otros amigos de cuatro patas que necesitan cuidados y amor.

¿Cómo has manejado emocionalmente el tiempo que ha pasado desde la desaparición de Tito?

Tito todavía sigue presente todos los días. No ha sido algo sencillo, pero creo que me ha dejado una lección enorme: el amor va más allá de tenerlo físicamente. Tengo su foto muy cerca de mí, y en cada gatito que rescato, cada animalito que puedo ayudar, en cada mirada, él está presente en mi mente y en mi corazón. Ahora es un recuerdo muy feliz.

¿Qué es lo que más recuerdas de Tito y qué lugar ocupa hoy en tu vida?

Tito es mi inspiración. Me da mucha fuerza en cada animalito que rescato. Recuerdo sus abrazos, y ese vínculo siempre lo voy a tener presente porque es algo que se da solo una vez con una mascota a ese nivel.

¿Hubo algún momento o detalle en particular durante la búsqueda de Tito que te marcó especialmente?

La esperanza fue lo que me marcó durante toda la búsqueda. Esa esperanza me mantenía viva, con energía, y me daba las fuerzas que necesitaba cada día, porque, claro, hubo días en los que no quería hacer nada, solo llorar y encerrarme. Pero la esperanza de volver a verlo, de reencontrarme con él, siempre se mantuvo.

¿Actualmente vives en Santa Cruz? ¿Tienes otras mascotas que te acompañan en este momento? ¿Cómo ha sido la experiencia de tenerlas en tu vida, luego de lo sucedido con Tito?

Sí, vivo en Santa Cruz y tengo una nueva gatita. Es otra lección que aprendí con Tito. Encontré a Matilda, una gatita del mismo color y físicamente muy parecida a Tito. La encontré durante los primeros meses después de haber decidido dejar Tarija, una decisión muy difícil para mí porque sentía que era como dejar a Tito. Pero Matilda apareció y fue como recordar y abrir el corazón otra vez. Al final, hay tantos animalitos que merecen que les demos amor y también salvarlos. Matilda es mi compañera ahora.

¿Cómo ha cambiado tu manera de relacionarte con las mascotas desde que sucedió lo de Tito?

Ha cambiado en el sentido de que respeto más la naturaleza y a los animales. Va más allá de tenerlos a mi lado; es respetar su comodidad y bienestar.

Te has convertido en una voz activa por los derechos de los animales. ¿Cómo ha sido tu camino como activista?

Siempre he sido muy amante de los gatitos; me crie rodeada de ellos gracias a mi madre. Los animales siempre me han movido algo que nunca pude explicar. Siempre quise ayudar, pero por falta de tiempo, por razones económicas y otras cosas, no podía. Sin embargo, después de lo que pasó con Tito, dejé las excusas y ahora soy voluntaria en un refugio aquí en Santa Cruz, además de ayudar de manera independiente.

¿Qué es lo más gratificante de esta labor?

Lo más gratificante es entender y ver que los animales tengan otro final. Conocer casos de personas que se reencuentran con sus mascotas perdidas, algo que no fue mi caso, pero que me llena mucho el corazón y el alma, porque siento que es posible reencontrarse. En cuanto al refugio, comencé haciendo labor de manera independiente, alimentando a los gatitos de la calle, y ahora soy voluntaria en el Refugio Esperanza, donde estoy a cargo del sector de gatitos. Mi trabajo es asegurar que tengan un hogar tranquilo y feliz. Quiero que el refugio crezca para darles un espacio adecuado, porque, aunque estén en el refugio, es triste que estén encerrados. Apuntamos a que estén bien, felices y listos para tener una nueva familia.

¿Qué mensaje te gustaría transmitir a aquellas personas que han perdido sus mascotas y aún esperan encontrarlas?

No pierdan la esperanza. Creer que pueden reencontrarse con su mascota es lo más importante. Y si por alguna razón no se da, no se cierren a la posibilidad de volver a conectar con otras mascotas, porque podemos cambiarles la vida y el mundo a ellos, y creo que se lo merecen por todo el amor que nos dan en el corto tiempo que están con nosotros.

Duda Anzoátegui

Duda Anzoátegui

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