Entre las razas con estas características se encuentran el bulldog inglés, bulldog francés, pug y los gatos persas
El humo de los incendios forestales no solo afecta a los humanos, sino también a las mascotas, provocando irritación en los ojos y las vías respiratorias. Las mascotas con asma, enfermedades cardíacas o pulmonares, y las de mayor edad, son más vulnerables, por lo que se debe tener un cuidado especial durante los periodos de mala calidad del aire.
Laura Bravo Soliz, especialista en ultrasonografía y medicina felina, explicó que las mascotas con alergias o que son braquiocefálicas también son especialmente susceptibles al humo.
Los animales braquiocefálicos se caracterizan por tener un cráneo más corto y una cara achatada, además de un paladar blando y alargado, huesos nasales cortos y orificios nasales más reducidos de lo habitual. Entre las razas más comunes se encuentran el bulldog inglés, bulldog francés, bóxer, pug y los gatos persas, todos más propensos a sufrir problemas respiratorios, lo que hace que se agiten con mayor facilidad al estar expuestos al humo. Estos animales pueden enfrentar riesgos graves como golpes de calor, shock o complicaciones cardiorrespiratorias.
“En estos periodos de mala calidad del aire debido al humo, es preferible que las mascotas permanezcan en casa y no sean expuestas al exterior, mucho menos sometidas a esfuerzo físico. Su bienestar puede mejorar colocando toallas húmedas o utilizando humidificadores, idealmente en ambientes bien ventilados”, recomendó Bravo.
Otras recomendaciones
Es importante estar atentos a síntomas como tos, estornudos o vómitos. Si los síntomas se agravan, es fundamental acudir al veterinario. Para evitar complicaciones durante las épocas de incendios y humareda, lo ideal es que las mascotas no corran en espacios abiertos y permanezcan dentro de casa, en lugares con buena ventilación.
Golpe de calor
Bravo también mencionó que, durante esta temporada de alta concentración de humo, ha recibido muchos casos de golpe de calor en su clínica veterinaria. Esta situación es frecuente porque el calor ambiental, combinado con el humo, atrapa aún más el calor y la humedad, lo que agrava la situación de los animales.