Un análisis sobre la palatabilidad y preferencia de los felinos hacia los alimentos secos
Autor: Phd. Dr. Roger Limón, profesor de Pre y Posgrado en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UAGRM.
Cuando se trata de alimentar a un gato, no todo se reduce a los ingredientes o al contenido nutricional. Un aspecto muchas veces subestimado, pero crucial en la industria de alimentos para mascotas, es la forma de la croqueta. Recientes investigaciones han demostrado que el diseño físico del alimento seco tiene un impacto directo en la palatabilidad, es decir, en la aceptación y preferencia de los felinos.
Necesidades nutricionales únicas
Los gatos, a diferencia de los perros, requieren una mayor cantidad de proteína en su dieta diaria. Esto se debe a su limitada capacidad para regular el catabolismo hepático de los aminoácidos. Además, la taurina –un aminoácido esencial para los gatos– debe estar presente en cantidades adecuadas, ya que forma parte de tejidos fundamentales como la retina y el miocardio. Este compuesto se encuentra de forma natural en los tejidos animales, lo que explica por qué los gatos prefieren dietas con ingredientes cárnicos.
Otro factor clave es la necesidad de ácidos grasos específicos como el linoleico, linolénico y araquidónico, además de vitamina A en su forma activa (retinol), ya que los gatos no pueden sintetizarla a partir de betacarotenos, como sí lo hacen otras especies.
Textura y procesamiento: una experiencia sensorial
La textura del alimento también juega un rol importante. Los gatos aprecian dietas elaboradas con harinas de origen animal, especialmente de aves, prefiriéndolas por encima de harinas de cerdo, res o pescado.
Los niveles bajos de humedad –que generan croquetas más crujientes–, junto con una molienda fina que favorece la cocción y define mejor la forma del producto, son características altamente valoradas. Por otro lado, los felinos tienden a preferir alimentos cocinados con energía por fricción (durante el proceso de extrusión) en lugar del tradicional vapor.
Además, su fisiología oral –dientes diseñados para cortar y desgarrar, y no para masticar lateralmente– hace que el tamaño, dureza y textura de la croqueta sean decisivos en su aceptación.
¿La forma importa?
Investigadores internacionales decidieron explorar si la forma de la croqueta influye en la preferencia alimentaria de los gatos. Para ello, evaluaron cinco diseños distintos:
- Disco plano
- Cruz o estrella
- Triángulo
- Triángulo con agujero
- Cilíndricas
Todas las croquetas fueron elaboradas con la misma base nutricional y sometidas a idénticas condiciones de procesamiento y recubrimiento (5% de grasa de pollo y 1.5% de saborizante seco para gatos). Las pruebas se realizaron en el Centro de Evaluación de Palatabilidad (PARC), utilizando un panel de 25 gatos durante múltiples días de exposición, en pruebas de preferencia emparejada.
Los resultados fueron claros: la forma sí afecta la palatabilidad. Las croquetas en forma de disco plano y estrella obtuvieron los mejores puntajes en todas las métricas evaluadas: relación de consumo, ingesta, primera elección y valor estadístico. En particular, el disco plano fue consistentemente preferido.
Además de su aceptación por parte de los gatos, esta forma tiene ventajas desde el punto de vista industrial, mayor facilidad de extrusión, menor riesgo de bloqueo de la matriz, mejor adherencia de saborizantes, reducción en costos de herramientas
Para los fabricantes de alimentos para mascotas, estos hallazgos no solo implican una oportunidad de mejorar la aceptación de sus productos, sino también optimizar sus procesos productivos. En la intersección entre nutrición felina, ingeniería de alimentos y comportamiento animal, incluso los detalles más pequeños –como el diseño de una croqueta– pueden marcar una gran diferencia.