Este problema de salud en los perros especialmente se presenta por un exceso hormonal y la mejor forma de prevenirla es castrando a los canes
Las mascotas con hernias perineales presentan una hinchazón junto al recto o a uno o ambos lados de este, lo cual se asocia con síntomas como estreñimiento, dificultad para defecar, letargo, dificultad para orinar y una postura alterada de la cola. Según el doctor Alejandro Bascopé, la causa subyacente del debilitamiento o fallo del diafragma pélvico no está clara actualmente, aunque se cree que la actividad hormonal del perro macho podría ser un factor importante.
«Por eso los veterinarios fomentamos tanto la castración de nuestras mascotas, para reducir la actividad hormonal y evitar estos problemas, especialmente en perros mayores», señaló el Dr. Bascopé.
Causas y Factores de Riesgo
La hernia perineal es causada por un debilitamiento de los músculos en la zona del diafragma pélvico, que sostiene lateralmente el recto. Si estos músculos están debilitados, el recto puede abultarse o incluso prolapsar el tejido graso y los órganos internos como el intestino delgado, la vejiga y la próstata. Las causas exactas de una hernia perineal no se comprenden completamente, pero se conocen algunos factores de riesgo:
Edad: Las hernias perineales son más comunes en perros mayores.
«Para la cirugía de hernia, hemos enfatizado la utilización de la malla de polipropileno, lo cual permite una técnica quirúrgica más rápida y reduce las complicaciones de recidivas de la hernia. Con el uso de estas mallas, los resultados son muy buenos»
Género: Los perros machos no castrados se ven afectados de manera desproporcionada. Las perras tienen un diafragma pélvico más pronunciado y, por tanto, tienen menos probabilidades de verse afectadas.
Raza: Ciertas razas de perros, como Boston Terrier, Welsh Corgie, Pekinés, Collie, Boxer, Poodle, Dachshund, Kelpie y Old English Sheepdog, tienen un mayor riesgo.
Diagnóstico
El Dr. Bascopé señala que el diagnóstico de una hernia perineal se basa en un examen físico y una historia detallada del animal. El veterinario palpará cuidadosamente el perineo en busca de hinchazón, dolor u otros signos de hernia. Los pacientes suelen llegar a consulta con problemas para defecar, orinar, con oliguria (orinar poco) o con anuria (incapacidad de orinar), pero el síntoma más común es el abultamiento en la zona perineal.
Para diagnósticos adicionales, se pueden utilizar técnicas de imagen como rayos X o ultrasonido para determinar la extensión exacta de la hernia y la afectación del tejido. En algunos casos, puede ser necesario un examen con medio de contraste para mostrar mejor la ubicación de los órganos afectados.
Tratamiento: cirugía con malla de polipropileno
«Para la cirugía de hernia, hemos enfatizado la utilización de la malla de polipropileno, lo cual permite una técnica quirúrgica más rápida y reduce las complicaciones de recidivas de la hernia. Con el uso de estas mallas, los resultados son muy buenos», explicó el Dr. Bascopé. La utilización de estas mallas disminuye el tiempo quirúrgico y, al ser menos invasiva, reduce el riesgo de infecciones y otras complicaciones asociadas con anestesia prolongada.
Recomendaciones
El Dr. Bascopé dio algunos consejos para diagnosticar rápidamente una hernia perineal y saber cuándo abordar el problema de manera urgente, especialmente cuando la vejiga está involucrada, ya que puede causar una obstrucción y convertirse en una emergencia médico-quirúrgica.
La prevención de una hernia perineal en perros incluye la castración, que es la forma más fácil y económica de evitar este problema. «No es que queramos castrar a los perros por castrar, sino que la castración tiene ciertos beneficios, y uno de ellos es la prevención de hernias perineales. El 90% de los perros que sufren de hernias son machos no castrados a partir de los cinco años. La castración y una buena alimentación son clave para la prevención», concluyó el Dr. Bascopé.
