Lenka Nemer D’pric es una figura reconocida tanto por su trayectoria en las pasarelas como por su activismo social. Elegida Miss Bolivia 2020, representó a su país en el certamen de Miss Universo y fue la primera ganadora del Social Impact Award por su innovador proyecto de huertos urbanos, diseñado para combatir el hambre y promover la seguridad alimentaria. Además de ser activista por los derechos humanos y la equidad de género, Lenka es creadora de contenido de moda y estilo de vida, y fundadora de la tienda de prendas básicas, Attire. En esta entrevista, Lenka nos cuenta cómo su vínculo con Sálemha evolucionado y la importancia que este felino tiene en su vida diaria, revelando la faceta más íntima de su relación con las mascotas.
¿Cuál es tu primer recuerdo con una mascota?
Creo que fue cuando tenía unos 5 o 6 años. Vivíamos en un barrio por la radial 17 y medio, y recuerdo que un día estaba jugando con otros niños cuando vi que los perros de un vecino perseguían a un gato. Fui corriendo, lo alcé y me lo llevé a casa. Mi abuela casi se muere, no quería mascotas porque decía que era mucho trabajo limpiar, pero esa gatita fue la primera. Se iba a llamar Missy Fuchs, pero al final le pusimos “Chica”. Antes de Chica, ya había tenido otras mascotas, como el perro de mi papá, Jack, y un pollito que se convirtió en un gallo gigante llamado Pío Pío. También teníamos dos loros, Pastor y Pastora. Lo curioso es que Chica se subía a dormir en la jaula de los loros, y ellos la picoteaban mientras ella se relajaba. ¡Era una escena rarísima!
¿Cómo llegó Sálem a tu vida?
Hace cinco años, una gata callejera tuvo crías cerca de la casa de Daniel. Encontramos tres gatitos: dos siameses que se fueron rápido y el negrito, Sálem, que era súper huraño. Daniel lo trajo a casa en una caja sellada con scotch, ¡estaba lleno de sarna! Tanto que incluso me contagió, pero no dejé de acariciarlo hasta que se acostumbró a mí.
¿Sentís que Sálem te eligió desde el principio?
No, él era muy uraño. Me gané su cariño con el tiempo, alimentándolo, cuidándolo, pero siempre me gruñía al principio. Con paciencia, un día simplemente vino y se sentó a mi lado mientras estudiaba. Ese fue su “ok”, ahí me di cuenta de que me quería.
¿Cómo describirías la relación entre ustedes?
Es mi compañero más leal. Tengo muchas fotos de él hecho bolita en mis brazos o durmiendo sobre mí. Es muy gracioso, pero cuando tenemos visitas, se pone nervioso. Es huraño con los extraños.
¿En qué se parecen Sálem y vos?
Ambos somos muy escogedores con la comida y un poco miedosos. Él es nervioso, como yo.
¿Cómo es su rutina diaria?
Al despertarme, lo primero que hago es abrirle la pila, no le gusta tomar agua de un vaso, solo de la pila. Luego le doy de comer, pasa un rato conmigo en la cama y me acompaña mientras trabajo. Cuando regreso a casa al mediodía, siempre me pide sobres de comida. En la noche, se sienta encima de mí mientras veo tele. Es el más apegado de todos mis gatos.
Viajas mucho, ¿cómo afecta eso su relación?
Al principio viajaba conmigo en su mochila, lo subía a la cabina. Ahora, cuando viajo, se queda con Daniel o mi mamá lo cuida. Se resiente un poco, pero siempre está esperando por mí, se sienta en la ventana o en la puerta. Eso sí, odia las maletas, siempre se orina en ellas si las dejo abiertas. Es su forma de mostrar enojo.
Si Sálem fuera un personaje, ¿quién sería?
Lo imagino como un abogado serio, de esos que llevan traje y son muy buenos en lo que hacen, pero en el fondo son cariñosos aunque no quieran que la gente lo sepa. Así es Sálem, cariñoso pero serio.
¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes con él?
Durante la pandemia, me mudé a otra casa y a Sálem le costó adaptarse. Un día lo dejé salir al patio, y cuando me di cuenta, había desaparecido. Estaba desolada, pensando que no lo vería más, pero al rato regresó como si nada. Esa noche durmió pegado a mi brazo, y fue un momento muy especial. Ahí me di cuenta de cuánto lo quiero.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere adoptar por primera vez?
Que se preparen, porque tener una mascota no es barato. Necesitan atención, cariño y compañía, y siempre es bueno tener un presupuesto reservado en caso de emergencias. Los gatos, como cualquier animal, requieren mucho más cuidado del que la gente cree.
¿Qué le falta a la ciudad para ser más amigable con las mascotas?
Nos falta ser más empáticos y conscientes del entorno. La contaminación acústica es muy fuerte para ellos, y muchos dueños no educan a sus mascotas, las sacan sin correa. Falta mucha cultura al respecto.
Por último, ¿cómo describirías el carácter de Sálem?
Es muy cariñoso, pero también miedoso. Cuando te agarra confianza, es la cosa más dulce del mundo.





