
Natalia Müller es una creadora de contenido paceña de 21 años que, en apenas tres años de actividad en redes sociales, ha conquistado a más de 73.000 seguidores con su autenticidad, energía y talento para conectar con marcas y audiencias. Estudiante de Ingeniería Comercial en su último año, Natalia ha visto un boom en su carrera digital, convirtiéndose en embajadora de diversas marcas y una de las figuras emergentes con mayor crecimiento. Este mes, honramos a nuestra primera protagonista de La Paz en la portada de Revista Mascotas, y lo hacemos junto a su fiel compañero: Morito, el gato que ha robado corazones en sus redes y en su hogar. Desde su llegada inesperada hasta las lecciones de paciencia y amor que le ha enseñado, Natalia nos abre las puertas a una historia de conexión y aprendizaje.
¿Cómo es tu relación con los animales? ¿ Recordás el primer animal que amaste?
Mi relación con los animales es muy especial. Mis primeras mascotas fueron dos perritos, Taco y Almendra, una hembrita y un macho. Por cuestiones de la vida, nos mudamos y ya no pudimos tenerlos, pero ahora tengo dos gatos, Moro y Adela, que son como su reencarnación porque son idénticos. Ellos son mi amor actual.

¿Cómo llegó Morito a tu vida y qué significó para vos ese primer encuentro?
Morito era cría del gato de un amigo. El día que nacieron los gatitos, fui a verlos y me enamoré de él desde que era un cachorrito. Tiene un corazón marcado en su espalda, literalmente, y supe que era para mí. Mis papás no querían mascotas, pero con mi amigo los trajimos en una canastita cuando ya estaban más grandecitos. Les dijimos que escogieran, y eligieron a Morito. Lo más gracioso es que pensábamos que era hembra y lo llamamos Morita al principio, inspirado en la hija de la película “La Era del Hielo”. Después de tres meses, descubrimos que era macho y lo rebautizamos Moro, o Morito.
¿Qué cuidado tenés que tener con Morito? ¿Tu casa se adaptó a él?
Vivo en un edificio, en el último piso, así que lo acostumbramos a salir a la terraza, pero con cuidado porque tuvimos un accidente con mi otra gatita. Ahora los dejamos salir, pero ellos mismos han aprendido a no acercarse a los bordes. Morito se adaptó súper bien al departamento; ocupa todos los espacios y hasta sabe abrir puertas. Cuando estoy estudiando, abre la mía y entra a espiar.
¿Cómo haces para encontrar el ritmo entre todas tus actividades y ser mamá de Morito?
Mi mamá es la que más tiempo pasa con ellos, ya que yo salgo temprano y vuelvo tarde por clases que terminan a las diez de la noche. Morito es muy sociable: cuando llego, se tira en una alfombra pidiendo cariños, y si quiere más, vuelve a pedir. Es ruidoso, hace sonidos para todo: si se asusta, ve un pajarito o quiere comida. Mi hermana menor y mi papá también lo cuidan, pero mi mamá es la estrella. Mi otra gatita, Adela, es más arisca y solo se acerca a mi papá.
Lo mostrás en tus redes. ¿Sentís que el también se volvió un pequeño infleuncer?
Sí, de hecho tengo muchos videos virales con él. Uno de los más famosos es donde lo alzo y suena la canción “Pobre mi gatito”. Gracias a ese video, varias marcas quisieron trabajar conmigo, y hasta mi novio lo replicó y así empezamos a hablar. Mis seguidores antiguos ya conocen a Morito y a mi novio por él.
En algunos momentos has comentado que te sentís abrumada con tantas actividades y la exposición en redes. Los gatos suelen ser grandes canalizadores de energía, ¿lo confirmás?
Sí, totalmente. Morito sabe cuándo estoy triste. En esos momentos, me molesta más, pide cariños y hace cosas para llamar la atención. Siente nuestras emociones: si estamos felices, él lo está; si tristes, también. Intenta distraerme cuando paso por momentos difíciles.
¿Qué te ha enseñado Morito sobre vos misma en este tiempo juntos?
Paciencia. Morito es mi primer gato; nunca había tenido uno y siempre decía que no me gustaban porque creía que me daban alergia. Ahora, aunque me pica la nariz si lo alzo mucho, mis dos gatitos son el amor de mi vida, igual que para mi mamá. Aprendí que los gatos son distintos a los perros: son sensibles, independientes, no les gusta la ropa ni las cosas que soñaba con ponerles. No se les puede obligar a dar cariño; van a su ritmo. He ganado paciencia y respeto por su naturaleza.
Por último, si tuvieras que definir a Morito en una sola palabra, ¿cuál sería?
Amor. Tal cual. Es puro amor.






