A diferencia de los perros, los gatos suelen esconder cualquier molestia física. Esto hace que muchas lesiones pasen desapercibidas hasta que ya están avanzadas. Según el médico veterinario especialista en ortopedia Giuseppe Granados, esto se debe a su comportamiento natural, su anatomía y su necesidad instintiva de mostrarse fuertes.
Esto significa que, incluso después de una caída o un golpe, tu gato puede seguir caminando como si nada, aunque esté lesionado.
Señales que pueden indicar que tu gato está lastimado
Prestá atención si:
- evita saltar como antes
- se mueve más lento
- se esconde o duerme más
- cojea o no apoya una pata
- se pone irritable si lo tocás
- deja de subir a lugares altos
- maúlla cuando lo levantás
Aunque parezcan detalles menores, pueden ser señales importantes.
Granados explica que un mismo tipo de lesión puede requerir tratamientos muy distintos en gatos y perros, porque “los felinos tienen una anatomía diferente y un comportamiento diferente”, lo que también influye en cómo evolucionan las lesiones.
¿Qué hacer si sospechás que algo anda mal?
- No esperes a ver si se le pasa solo.
- Llevá a tu gato al veterinario lo antes posible.
Cuanto más rápido sea atendido, mejor podrá recuperarse.
¿Por qué es tan importante actuar rápido?
Porque si no se diagnostica a tiempo:
- el dolor puede empeorar
- la lesión puede complicarse
- el gato puede perder movilidad
- y la recuperación será más lenta y difícil
Además, según el especialista, entender estas diferencias ayuda a evitar decisiones equivocadas y a proteger la calidad de vida del gato a largo plazo.
Cuidado especial durante la recuperación
Si tu veterinario te indica reposo:
- controlá saltos y alturas
- restringí el movimiento si es necesario
- prepará un espacio seguro y cómodo
Puede parecer difícil… porque sabemos que son independientes.
Pero es clave para su recuperación.
Tu gato puede ser fuerte, pero también necesita que lo cuiden.
Observar, actuar a tiempo y seguir las indicaciones veterinarias hace toda la diferencia.
