La anestesia es una herramienta fundamental en medicina veterinaria, indispensable para realizar procedimientos quirúrgicos en perros y gatos. Sin embargo, su uso requiere una planificación cuidadosa y un manejo especializado para garantizar la seguridad del paciente y reducir el riesgo de complicaciones.
De acuerdo con la especialista en anestesiología y emergencias veterinarias, Dra. Elizabeth Pacara Rocha (Clínica ZooLife), cada etapa —desde la preparación hasta la recuperación— es determinante en la evolución del paciente, siendo la fase postoperatoria aquella donde se presentan las tasas de mortalidad más elevadas.
¿Qué es la anestesia en medicina veterinaria?
La anestesia se define como un proceso de intoxicación controlada mediante el uso de fármacos que inducen un estado transitorio de inconsciencia. Lo más importante es que este proceso es reversible y permite realizar procedimientos sin dolor, con relajación muscular y seguridad quirúrgica.
Objetivos de la anestesia veterinaria
- Inducir un estado de inconsciencia sin percepción del dolor.
- Garantizar analgesia durante el procedimiento.
- Proporcionar relajación muscular para facilitar la cirugía.
Según el procedimiento, el paciente puede permanecer anestesiado por varias horas. Se emplean técnicas como anestesia general, local o inhalatoria. No obstante, un mal manejo de la volemia o de la presión arterial puede desencadenar enfermedad renal aguda o crónica, que incluso se manifieste semanas o meses después.
Evaluación previa al procedimiento
Antes de aplicar anestesia en perros o gatos, el médico veterinario debe realizar una evaluación integral considerando:
- Edad y sexo del paciente.
- Peso corporal.
- Raza.
- Condición física (obesidad, bajo peso).
- Estado fisiológico y antecedentes médicos.
- Especie (canina o felina), ya que cada una presenta particularidades anestésicas.
Diferencias entre anestesia en perros y gatos
La Dra. Pacara Rocha resalta que el paciente felino es más complejo de anestesiar debido a su anatomía y fisiología particulares. Esto implica modificaciones en dosis, cantidad de medicamentos y selección de fármacos, ya que algunos no pueden utilizarse en gatos.
Fases de la anestesia en medicina veterinaria
El proceso anestésico se desarrolla en cuatro etapas:
- Fase I: Desorientación con conciencia parcial.
- Fase II: Excitación o delirio, con reflejos presentes.
- Fase III: Plano quirúrgico, momento adecuado para realizar la intervención.
- Fase IV: Sobredosis, etapa crítica que pone en riesgo la vida del paciente.
Recuperación: la etapa más crítica
La fase de recuperación es determinante en el pronóstico. “Es la clave para sacar adelante al paciente”, enfatiza la Dra. Pacara Rocha. Durante esta etapa, el monitoreo constante, el control del dolor y el soporte vital son indispensables para prevenir complicaciones.
Conclusiones
La anestesia veterinaria en perros y gatos es un procedimiento complejo que requiere evaluación previa, manejo especializado y monitoreo continuo. La correcta planificación y el cuidado durante todas las fases —incluyendo la recuperación— permiten minimizar riesgos y garantizar la seguridad y bienestar del paciente.