Proteger a tu mascota es también proteger a tu familia, a tu barrio y a toda la comunidad.
Cada año, miles de perros y gatos reciben una vacuna que, aunque parece rutinaria, tiene un impacto gigantesco: evita que una enfermedad mortal como la rabia se siga propagando. La inmunización antirrábica es más que una medida sanitaria, es un acto de amor y responsabilidad que trasciende especies.
En muchos países, especialmente en contextos donde la salud pública enfrenta desafíos, los perros siguen siendo los principales transmisores del virus de la rabia. De ahí la importancia de las campañas de vacunación masiva, pero también del compromiso de cada tutor.
La doctora Marioli Arancibia, médica veterinaria, nos recuerda que la vacunación oportuna corta la cadena de transmisión de este virus zoonótico y salva vidas humanas y animales.
¿Por qué la rabia sigue siendo un riesgo?
La rabia es letal. Y sí, se transmite a través de la saliva de animales infectados, como perros o gatos, hacia los humanos. La buena noticia: es totalmente prevenible. Pero para eso, necesitamos actuar antes de que aparezca.
¿Cuándo y con qué frecuencia se debe vacunar?
- Primera dosis: a los 3 meses de edad, tanto en perros como en gatos.
- Refuerzo: al cumplir el primer año.
- Frecuencia: anual, aunque en zonas de riesgo o en animales con exposición frecuente, se puede aplicar cada seis meses.
Recomendaciones importantes para la vacunación
- La vacuna solo debe administrarse a animales clínicamente sanos.
- Es indispensable conservar el carné de vacunación, debidamente sellado y firmado por un médico veterinario.
- Asegúrese de vacunar a su mascota en centros autorizados y con vacunas certificadas. Nunca debe utilizar vacunas de procedencia dudosa ni automedicar a su mascota.
¿Qué se debe evitar después de vacunar?
Después de aplicar la vacuna antirrábica, es recomendable:
- No bañar al animal durante al menos 3 días.
- Mantenerlo en observación. Si presenta fiebre u otra reacción, debe ser evaluado por un profesional veterinario.
Vacunar es un acto colectivo
Vacunar a tu mascota no solo la protege a ella. Es una barrera que protege al niño que juega en la plaza, al vecino que acaricia a tu perro, y a vos también. La rabia no distingue edades ni clases sociales, pero nosotros sí podemos decidir no darle ninguna oportunidad.